jueves, 11 de julio de 2013

Ilustrando a Poe

Saludos monsieur, madame!!

Quiero dejarles con una serie de grabados que el pintor Paul Gustave Doré (1832-1883) realizó para ilustrar el magnífico poema de El Cuervo de Edgar Allan Poe. La info la he tomado de esta fuente, y la recojo tal cual la exponen en dicha página, así que haré acompañar cada grabado con la parte del poema a la cual corresponde.


Esta es la ilustración que abre el poema.


Una vez, al filo de una lúgubre medianoche, mientras débil y cansado, en tristes reflexiones embebido, inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia...


¡Ah! aquel lúcido recuerdo de un gélido diciembre, espectros de brasas moribundas reflejadas en el suelo...


Angustia del deseo del nuevo día; en vano encareciendo a mis libros dieran tregua a mi dolor...


Dolor por la pérdida de Leonora...


La única, virgen radiante, Leonora por los ángeles llamada. Aquí ya sin nombre, para siempre...


Es un visitante a la puerta de mi cuarto queriendo entrar. Algún visitante que a deshora a mi cuarto quiere entrar...


Y entonces abrí de par en par la puerta: Oscuridad, y nada más...


Dudando, soñando sueños que ningún mortal se haya atrevido jamás a soñar...


Ciertamente -me dije-ciertamente algo sucede en la reja de mi ventana. Dejad, pues, que vea lo que sucede allí, y así penetrar pueda en el misterio...


De un golpe abrí la puerta...


Entró un majestuoso cuervo de los santos días idos. Sin asomos de reverencia, ni un instante quedo...


Fue a posarse en el busto de Palas, sobre el dintel de mi puerta. Posado, inmóvil, y nada más...


Evadido en la ribera nocturna...


Y entonces me dije: otros amigos se han ido antes; mañana él también me dejará, como me abandonaron mis esperanzas...


Y entonces, hundiéndome en el terciopelo, empecé a enlazar una fantasía con otra...


Acariciado por la luz de la lámpara; en el forro de terciopelo violeta que ella no oprimía, ¡ay, nunca más!...


"¡Miserable -dije-, tu Dios te ha concedido, por estos ángeles te ha otorgado una tregua, tregua de repente de tus recuerdos de Leonora!"


A este hogar hechizado por el horror...


Profeta, dime, en verdad te lo imploro, ¿hay, dime, hay bálsamo en Galaad? ¡Dime, dime, te imploro!...


Dile a esta alma abrumada de penas si en el remoto Edén tendrá en sus brazos a una santa doncella llamada por los ángeles Leonora..


¡Sea esa palabra nuestra señal de partida pájaro o espíritu maligno!, le grité presuntuoso...


¡Vuelve a la tempestad, a la ribera de la Noche Plutónica!


Y mi alma, del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo, no podrán liberarse. ¡Nunca más!


Ilustración que cierra el final.

Me ha parecido curioso encontrarme la palabra Anagké en la última ilustración del poema de Poe, pues sin duda me ha recordado a la novela de Víctor Hugo, Nuestra Señora de París, ya que esta misma palabra es la que el malvado juez Frollo tenía escrita en la pared de su habitación y significa Fatalidad...

Greetings from the coffin

2 comentarios:

  1. Me encanta, me volví a encontrar con este poema, tan lleno... tantos sentimientos que me hace sentir.

    Me encanto tu entrada y el ilustrador se pasoo!!

    Besos querida!!

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    Respuestas
    1. Me alegro de haber contribuido a que te reencontraras con este poema, querida; a mi parecer es el poema perfecto así que aprovecho para dedicarte la próxima entrada.

      Besos preciosa!!

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